¿Qué necesito saber para jugar con mi bebe?
Otro descriptivo ejemplo de las reacciones de los infantes ante los distintos juegos que los padres tratan de introducir, es el de la mama que compro un libro de figuras geométricas para su infante de 24 meses y muy entusiasmada lo sienta en su regazo mostrándole el libro ansiosa de que su niño aprendiera los colores, las formas y los distintos tamaños de las figuras.
Por fracción de un minuto el niño da vuelta las páginas del libro y luego sale corriendo a jugar con la pelota que se encuentra cerca de él. La mama muy desilusionada piensa que a su niño no le van a gustar los libros y por lo tanto nunca va aprender nada.
Por supuesto que la mama no tuvo en cuenta el temperamento activo del niño y no redirigió la experiencia del aprendizaje a un juego que implicara movimiento, tal como agregar dos pelotas más de distinto tamaños y colores; de esa manera el niño estaría aprendiendo colores, tamaños y formas de las distintas pelotas y asociaría las mismas con las figuras de la esferas del libro.
Este aprendizaje sumado a la interacción entre la mama y el niño durante el juego de pelota hará de esta actividad un momento placentero y agradable para ambos. No quiere decir que el niño, después de la actividad concreta y vigorosa del juego de pelota, no tendrá momentos de actividad baja donde se le puede introducir nuevamente el libro.
El conocimiento del temperamento y sus características será una guía de incalculable ayuda para que los padres comprendan a su infante y respondan con empatía a sus estados emocionales.
Por ultimo otra pauta que les servirá de gran utilidad para facilitar e implementar los juegos apropiados según el estilo de aprendizaje del infante y su temperamento, será el conocimiento de las Etapas del Desarrollo socio – emocional, cognitivo, perceptual – motor, comunicación y lenguaje y ayuda propia.
Quizás ustedes se preguntaran cual es el beneficio de este conocimiento, el cual es crucial para tener un concepto de las etapas del desarrollo en que se encuentran los infantes desde el nacimiento hasta los tres años y el planeamiento de juegos que sean apropiados según la etapa en que se encuentren.
El Doctor Stanley I. Greenspan fue unos de los más famosos investigadores del desarrollo socio emocional contribuyendo con sus estudios, teorías, artículos y libros sobre este tema a que los padres, los Pediatras y los Educadores adquirieran un entendimiento claro y preciso del mundo emocional de los infantes y los niños más avanzados en edad.
En sus investigaciones de la etapa del desarrollo socio –emocional enfatiza que el infante antes de explorar y aprender del mundo que lo rodea primeramente necesita establecer una relación de apego y confianza con los padres. La calidad de esta relación temprana ayudara al infante en todos los aspectos de su desarrollo.
Un ejemplo bastante común para ilustrar este tema es el apuro que muchas veces tenemos los padres y los Maestros del Cuidado Infantil para que los infantes aprendan rápido. Queremos que gateen los antes posible, porque este progreso los llevara a caminar, deseamos que hablen así podemos entenderlos mejor, a pesar de que la comunicación corporal y verbal a través del llanto y los sonidos se manifiesta desde los primeros momentos de vida.
Deseamos que dejen el pañal cuanto antes mejor, sin darnos cuenta que estamos perdiendo valiosos e irremplazables momentos del aprendizaje del infante en las distintas etapas de su desarrollo. Brindemos a los infantes el apoyo y la asistencia que necesitan para avanzar en sus descubrimientos y aprendizajes, pero también dejemos que ellos nos guíen con sus señales cuando están listos emocionalmente y físicamente para alcanzar la siguiente meta.
Hare hincapié que la cultura de cada familia tiene una marcada influencia en esta manera de pensar y actuar. La cultura Anglosajona tiene la tendencia a fomentar la independencia del infante sin tener en cuenta que el infante necesita, antes que su autonomía, el amor, y el acoplamiento emocional con la persona más importante del mundo, la mama.
Por el contrario la cultura de los países Latinoamericanos se inclina a crear una relación de co-dependencia y sobre-protección la cual podría inhibir al infante en el proceso de una maduración emocional.